sábado, 8 de agosto de 2015

Antipostales de Nueva York: Los anteojos de la propaganda

Los anteojos de la propaganda


Antipostales de Nueva York*
Malú Huacuja del Toro
¿Puede un gran periodista llegar a un país como México y rendir pleitesía a intelectuales que no conoce?
Decía Salvador Elizondo en un cuento memorable que las ciudades “guardan en sus resquicios la posibilidad de toda suerte de mitos estrafalarios”. La de Nueva York es ejemplo por excelencia y tradición, en particular por sus estrambóticos viandantes, pero después de más de una década de pasearla creo que no hay mayor mito que el que oculta esta gran urbe vertical a la luz del Sol: sus habitantes somos el telón de fondo, los extras de una película que proyecta el engaño del glamour. Ni al más despistado turista le puede pasar desapercibida en algún momento la hostilidad de la gente en la calle, la frustración cotidiana, las groserías de los empleados de servicios, la indiferencia con la que un joven gana un asiento en el Metro y deja parada a una mujer embarazada y cargada de bolsas, o la formidable tranquilidad con la que un hombre blanco con porte de maestro universitario puede quedarse de pie bloqueando con su portafolios de piel un corredor vacío mientras una muchedumbre se amontona en el reducido cubo de la entrada: no una vez sino muchas, porque eso es costumbre y no excepción.
     El turista lo ve pero no quiere guardarlo en sus recuerdos. Y si la ilusión de una vida maravillosa en la metrópolis de los rascacielos persiste es porque, desde la Generación Prozac diseñada por el ex alcalde Rudoph Giuliani, abundan los promocionales turísticos fílmicos, televisivos, fotográficos y de novelas rosas. La teleserie El sexo y la ciudad  fue la bandera de su gobierno. Varias amigas queridas en México me dicen que quieren ser Carrie Bradshaw, la protagonista, aunque sea un personaje imposible en una ciudad inexistente. Me pregunto qué pasaría si en alguna de esas series se representara lo que me contestó una joven pasajera de un autobús una noche invernal en que me aquejaba una fuerte gripa, cuando insistía en mantener la ventana abierta y le expliqué que estaba enferma:
     —Es mi asiento y mi ventana. Si estás enferma, vete al hospital.
     Ni en género de comedia funciona ese parlamento que aquí es lugar común. Pero, en fin…
     La buena noticia es que no hay asaltos. Los negros son rápidamente criminalizados por delitos menores o por nada; la policía queda exonerada si les dispara a matar, pero no, no hay asaltos. Tampoco hay periodistas ni escritores que nos recuerden el precio de esa tranquilidad.
    El paraíso terrenal tiene un equipazo de propaganda y nos gusta creer en ella: ésa es la verdad. Mirar al mundo tal cual es en estos tiempos resulta cada vez más doloroso e impopular. Por añadidura, antes de que un buen fotógrafo capte la esencia de un momento, ya cualquier pésimo camarógrafo tiene Instagram y cualquier generador de palabras tiene cuenta en Twitter. Sus retratos desde los ángulos más desinformados y desafortunados también distorsionan. A veces he estado en los mismos lugares y momentos que un teléfono descerebrado encendido y con cuenta en YouTube.  Lo que éste registra y propaga no es necesariamente lo que sucede. No cualquiera con un iPhone en la mano es Ryszard Kapuściński.
Kapuściński nos contaba el mundo tal cual era. Lo que no comprendo de él es cómo, siendo un sagaz observador, un verdadero periodista y un cronista tan extraordinariamente dotado, llegó a México asumiendo que era verdad cualquier cosa que le contaran sus funcionarios de cultura y sus intelectuales subvencionados por el gobierno. Pienso: si es usted un sagaz reportero de visita a un país tan corrupto como el nuestro, en el que un conocido narcotraficante se escapa de la prisión en motocicleta por un túnel con rieles, ¿usted creería que los periodistas y escritores más premiados son los más confiables? ¿O los mejores?
¿No sospecharía que, en un universo donde los estudiantes rurales desarmados son masacrados impunemente y desaparecidos sin que se sepa nada de ellos durante diez meses, tal vez también el periodismo y la producción editorial pueden estar incorporados a ese sistema? Si usted se encuentra en semejante territorio, digamos, con directores de periódicos famosos, que le presentan a una serie de intelectuales como “lo más granado de la nación”, ¿les cree? ¿No corrobora segundas fuentes? Es asombroso que Kapuściński tenga ojos suspicaces para Etiopía, pero no para México. Con nosotros se tragó la píldora completita: a Elena Poniatowska le dio un trato de colega a pesar de que la calidad de cualesquiera de los libros de la multipremiada periodista dista muchísimo de la de El Sha El Emperador.
Por alguna razón a la gente no sólo le gusta creer en la propaganda, sino en los propagandistas de alcurnia. Los británicos se precian de ser objetivos, pero nada objetaron de la cuestionable lista de escritores “representativos de nuestro país” elegidos para la Feria del Libro de Londres dedicada este año a México, por ejemplo.  Como si en un país controlado por el narcotráfico los intelectuales se rigieran por un sistema completamente al margen, ajeno a la cultura de las pandillas, los sobornos, las extorsiones y los asesinatos ordenados desde el poder… aunque sean solamente metafóricos.
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Publicado originalmente en La Digna Metáfora.

sábado, 1 de agosto de 2015

Entrevista en "La Digna Metáfora", versión completa, julio de 2015


martes, 21 de julio de 2015

Entrevista en "La Digna Metáfora"

Buen día, queridos amigos y enemigos: les comparto el enlace a una entrevista que me hizo el periodista Víctor Jesús González y que desde ayer aparece completa en la versión impresa de La Digna Metáforahttp://www.ladignametafora.com.mx/cine/las-artistas-no-deben-depender-del-estado-ni-de-dios-ni-del-marido/

miércoles, 8 de julio de 2015

Coplas para los empleados de los consulados

Apreciada lectora / lector:
A un mes del cobarde asesinato del activista Antonio Vivar, quien razonablemente oponía una resistencia pacífica y desarmada al sistema electoral en Tlapa, Guerrero, en apoyo a Ayotzinapa, fuimos al Consulado General de México en Nueva York a protestar. Cuando la cónsul Sandra Fuentes Beráin salió por la puerta principal con su comitiva, fingió no vernos ni oírnos, a pesar de nuestras pancartas y nuestros gritos.
Por mi parte, les escribí estas coplas a los empleados de todos los consulados de México en el mundo. Si te parece bien, difúndelas en redes sociales, especialmente entre tus contactos que vivan en el extranjero hasta que les resulte imposible seguir trabajando en esas sucursales del narcogobierno. No te cuesta nada difundir la imagen, pero a ellos les recuerda lo que son.  No es necesario que me des crédito. También hay ya un tuit que puedes reenviar: tuit para los empleados de los consulados de México
Gracias por tu ayuda en esta campaña para incomodar a los empleados de los consulados y embajadas. Queremos que las oficinas de México en el mundo y especialmente en Nueva York tengan la fama que se merecen en el mercado laboral y que la gente digna no quiera trabajar ahí. Solamente a los intelectuales y artistas de la plutocracia les parece un honor departir con Sandra Fuentes Beráin.
Por cierto, ¿sabías que en el consulado de Nueva York hay una sala que se llama Octavio Paz? Es ocupada por los migrantes pobres a los que Paz ayudó a expulsar de su país hace 25 años, trabajando como promotor de lujo* del gobierno de Salinas de Gortari y defendiendo la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC)…

En fin. Te abrazo a la distancia y te agradezco lo que puedas hacer…

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*Pequeña crónica de grandes días, FCE, México, 1990.

sábado, 27 de junio de 2015

A 9 meses de la masacre y desaparición de estudiantes de #Ayotzinapa

Amo a los perros. Lo digo a 9 meses de la muerte y desaparición forzada de los estudiantes de #Ayotzinapa . No estoy en contra de la ley para prevenir el maltrato a los animales, pero en un país donde no está prohibido masacrar, torturar y desaparecer estudiantes desarmados de una escuela pública rural; en un país donde el propio presidente ha confesado que autorizó la tortura sexual a unas mujeres desarmadas por parte de la policía federal en Atenco, en un país donde el asesinato, el secuestro y la tortura no son algo estrictamente prohibido para la policía federal y local, ¿exactamente cómo pretenden hacer cumplir esta ley de protección a los animales e imponer cárcel a los maltratadores? Y si lo logran con alguno 9 meses antes de lo que han tardado en hacer justicia para Ayotzinapa, ¿no les parece un escándalo? Querría decir que en México la aplicación de la ley es más justa y ágil con los animales que con los seres humanos.

viernes, 26 de junio de 2015

Hablemos de las evaluaciones evadidas 20 años a 9 meses de la masacre de Iguala

¡Duro con hacer evaluaciones tramposas a los maestros! Tramposas, porque están diseñadas para acabar con las movilizaciones en favor de la educación pública —no para mejorar la educación—, y porque sus verdaderas calificaciones son impuestas por el Banco Mundial, al que bien harían los pueblos afectados en evaluar: ¿de qué sirve ese tal Banco Mundial, si no es para imponer calificaciones “de inversión extranjera”, es decir, de “qué tan desregulado y corrupto puede ser un país como para extraer sus recursos naturales y convertir a su juventud en peones y narcotraficantes”?  Es hora de calificar al calificador.
Pero a 9 meses de la masacre de Iguala y en medio de las protestas que no son para “solapar maestros güevones” como dicen, sino para defender las escuelas rurales de educación pública —a veces la única posibilidad de que un joven no se convierta en narcomenudista—, y pedir justicia para la masacrada Ayotzinapa, hablemos de algunos verdaderos zánganos…

Acaban de publicarse los resultados de los ganadores del Sistema Nacional de Creadores Artísticos del Fonca, un corruptísimo y costosísimo sistema que jamás se evalúa y al que no critica nunca ninguno de los feroces defensores de la reforma educativa y enemigos de los sobrevivientes de Ayotzinapa. Me sumo al cuestionamiento de Gonzalo Valdés Medellín, quien se pregunta:

 “¿un poeta que tiene 44 años, poemas sueltos en revistas y un solo libro publicado, merece ya ser beneficiado con los 20 mil pesos mensuales, o más, que le otorgará el Fonca? Un funcionario multichambas culturales, que igual ha sido editor de revistas que ensayista en las mismas publicaciones donde cobra por su trabajo de editor y que desde 1994 fue seleccionado por Fonca para tener la beca del Sistema Nal. de Creadores, ¿tendría que volver, por enésima ocasión, a disfrutarla? Leo la relación de creadores suertudos y, mientras la leo, voy recordando a qué grupo cultural pertenece cada uno, quiénes son sus amigos. Y algunos de sus amigos, curiosamente dos o tres, son los que más cerca están del otorgamiento de esas becas”.




Entre los ganadores de este año están los mismos que ganaban y eran jurados en los años 90. No en vano un cibernauta que firma como AN Kortázar  dice: “A veces pienso que del sexenio de Salinas de Gortari a éste, sólo hay meses de diferencia”. Los sempiternos triunfadores durante dos décadas y media van a recibir por su capacidad como cobradores y por su insolencia 29 mil pesos. No olvidar que en este momento entran en su segundo y tercer año los elegidos en el año pasado y antepasado. Luego nos cuentan qué obras trascendentales han escrito o producido en 15 años algunos de ellos.

     Pero no son pobres. No dan clases en barracas rurales a niños miserables. No hay por qué evaluarlos. Aunque en 1995 no hayan seleccionado más que a sus amigos  y en 2015 sigan cobrando el favor. Y a pesar de que a 20 años de distancia quede en entredicho su capacidad para evaluar, no se diga a otros artistas, sino a sí mismos, y no se diga por su producción sino por su trayectoria sin rendición de cuentas.

Entre la comisión de corruptos "evaluadores" hay incluso, gente de la "oposición" electoral e ideólogos de Morena.



lunes, 15 de junio de 2015

La noticia de hoy

La noticia que les tengo a mis contertulias y contertulios esta mañana es que hoy, en el mismo número en que aparece publicada mi más reciente "Antipostal de Nueva York" para La Digna Metáfora, el crítico de cine más importante de México, Jorge Ayala Blanco, declara a propósito de Güeros que, si bien “se trata de un filme muy inventivo, con ideas de realización realmente apabullantes que no hay en el resto de todo el cine mexicano, desde el punto de vista ideológico me parece una película aberrante, en contra de una huelga que ganó e impidió la privatización de la educación en México; fue una huelga exitosa y ponerla como trapeador me parece una tontería". 
¿Qué tal?

sábado, 23 de mayo de 2015

sábado, 25 de abril de 2015

Antipostales de NY: La palabra y el insulto

Antipostales de Nueva York
La palabra y el insulto*
ENTREVISTA CON MICHELE KAPLAN
Malú Huacuja del Toro
Tal vez se necesite a un nuevo Elías Canetti estudioso de la masa y el poder en la era de la comunicación ciberespacial para explicar la deshumanización en las redes sociales. O tal vez no. Probablemente estos fenómenos sean tan antiguos como la prehistoria.  El caso es que, entre los enérgicos defensores tuiteros  de que surja Mexicoleaks —la página financiada, en parte, por una dependencia gubernamental holandesa— es posible que haya quienes antes le gritaron “puto” al jugador del equipo holandés que hizo perder a México durante la Copa Mundial, y que hayan defendido con frenesí la teoría semántica del entrenador de la selección mexicana. Quizás esas personas son también las que tuitearon cien veces el video de la niña mexicana cantando “puto” al holandés y que se mofaron cien veces de la niña que le respondió elegantemente desde los Países Bajos con una bella canción. En cualquier caso, el lanzamiento en marzo de un sitio de wikifugas mexicanas y la controversia que la rodea ha colocado nuevamente en primer plano el debate sobre la libertad de expresión.
Lo cual conlleva el derecho de felicitar a los holandeses si ayudan a la periodista de su preferencia —Carmen Aristegui—, pero de decirles “putos” si derrotan al equipo mexicano.
         En esa disputa, la libertad puede tomar la forma de un ángel o de un insulto vulgar a un sector de la población —como las mujeres, las y los homosexuales, las y los indígenas— , pues lo que se defiende es el derecho de hablar y no el significado ni el contexto de lo que se dice.
Mientras el debate se limite a ese nivel tan elemental, la palabra característica de nuestro país seguirá siendo “puto”, y la de Holanda, “libertad”.
Para ilustrarnos más sobre este fenómeno le he pedido una entrevista a una de las mujeres más capaces hacerlo: Michele Kaplan. Paradójicamente, las estadísticas demográficas la denominan como lo contrario, “incapacitada”, pues vive desde hace cuatro años en una silla de ruedas.
Michele Kaplan en apoyo a Ayotzinapa
Quizás porque de joven quería ser poeta y estudió literatura, lo suyo es la liberación de los conceptos, las alas de las palabras, y su opuesto: las cadenas.  Kaplan es, además, la iniciadora del activismo sobre ruedas del movimiento antisistémico Ocupa Wall Street. Gracias a su trabajo educativo, los protestantes empezaron a preocuparse por incluir a la comunidad de discapacitados y a cuestionar el capacitismo (gente en pleno uso de sus capacidades físicas que discrimina).
“En los primeros días del movimiento —cuenta en un documento que se ha convertido en un clásico del activismo, donde se transcribe una de las clases que dio en las sesiones de Ocupación activista sobre ruedas—, pregunté en un foro: ¿cómo puede ser el movimiento más incluyente para la gente que anda en silla de ruedas? Acampar no es accesible para nosotros. La respuesta que recibí fue: ‘No me jodas. Esto es una revolución. ¿Qué más quieres? ¿Una mesa de masaje?’. Pero me di cuenta también que esa respuesta no representa a todo el movimiento ni a la izquierda. Además, en la mayoría de los casos, se concreta en un asunto de perspectiva. Si tú no usas una silla de ruedas, es muy común y natural ver unos escalones como simples escaleras, no como un obstáculo. Igual que si eres millonario, no tendrías la perspectiva de alguien que no tiene qué comer, y viceversa”.
Kaplan preguntó a su audiencia: “¿Cuántos saben que solamente se requiere un escalón para impedir que una persona en silla de ruedas entre a un edificio?”. En seguida, puso un ejemplo de una manifestación que se iba a hacer “muy a la John Lennon / Yoko Ono”, cuenta, el día de San Valentín, con un colchón adentro de una fuente seca  donde la gente se iba a sentar y a acostar. “El problema es que la fuente estaba rodeada de escaleras... Levanté mi letrero que decía: La revolución ES accesible para los discapacitados”. Se acercaron algunos organizadores a preguntarle qué podían hacer, y el resultado mejoró el performance, pues al poner el colchón  de la protesta afuera de la fuente, quedó más visible. “Participaron más personas que tal vez no se atrevían a hacerlo cuando estaba dentro de la fuente”, cuenta.
Kaplan es, además, fotógrafa, dibujante, y gran aliada del México rebelde: entre el contingente de la manifestación que dio la bienvenida al profesor de Ayotzinapa Felipe de la Cruz en la legendaria plaza Union Square en marzo, al centro se divisaba su menuda figura tomando fotos, como lo ha estado en otras protestas del pueblo frente al consulado de México por el asesinato del maestro zapatista Galeano.
—Cuéntanos de tu esfuerzo por concientizar sobre lenguaje y discriminación…
         —Si lo señalas, muchas veces la gente se queja de que “limites su libertad de expresión”. Pero, en realidad, están confundiendo “libertad” para hablar con las consecuencias del lenguaje. Son dos cosas distintas. Técnicamente, tú puedes decir todo lo que quieras, pero eso será hiriente para una comunidad y sonarás como un ignorante. Hay una diferencia entre la libertad de expresión y la consecuencia que tiene el uso de las palabras.
”A veces te preguntas: ¿por qué la gente nada más despotrica? ¿Y estoy yo siendo excesiva en el cuidado de mi lenguaje? Pero por supuesto, al mismo tiempo, si nada más pierdes la calma y nunca educas a nadie, las cosas jamás cambiarán…”
         —Has sido atacada por señalar la utilización de palabras insultantes u opresivas, incluso por gente que defiende el derecho de decirlas si la propia población a la que alude las emplea.
         — Creo que si una comunidad oprimida decide reclamar una palabra, ésa es su prerrogativa. Pero otras personas piensan que “no es justo, que si tú puedes utilizarla, yo también”, lo cual realmente pide que uno les pregunte: ¿qué tan seguido estabas usando esta palabra denigrante como para que llegues a sentir que le pone una abolladura a tu vocabulario si no la dices?
         —Recuerdo que alguien te reclamaba por amigos tuyos que se dicen a sí mismos lames (cojos).
—La palabra lame es un ejemplo específico de esto en el idioma inglés: la gente no tiene idea de lo denigrante que puede ser pues, de hecho, tiene dos significados. Uno se refiere a una persona a la que una enfermedad o lesión le impactó una pierna. Pero también significa “malo”. Muchas veces oyes decir: “Esa película está tan lame” para decir que es mala. Lo mismo con la palabra gay, que quiere decir homosexual pero también algo negativo. “Ese libro es tan gay”, para decir que es malo.
”No creo que la gente siempre entienda esto, pero el problema es que si los poderes fácticos pueden justificar la opresión a un grupo de la población, pueden justificar la opresión a todos (incluyendo al de la gente que se queja de que se critiquen algunas palabras). Al menos es lo que pasa en Estados Unidos: el poder trabaja mucho para mantener a la gente separada. Hay la idea de que no hay lo suficiente para vivir y que más te vale conseguir lo tuyo antes de que  tu vecino lo obtenga.  Y esto muchas veces conduce al activismo en torno a un solo problema, por lo que los diferentes grupos necesitados pelean por separado por sus derechos. El poder muchas veces dirá: bueno, te concederemos estos derechos, pero sobre las espaldas de este otro grupo y en detrimento suyo. Creo que saben que si hubiera unión, no podrían conservar el poder que tienen”.
—Pero, si bien fuiste “activista desde los 15 años”, no siempre viviste en una silla de ruedas. ¿Cómo te las ingenias para mantener la calma cuando alguien defiende su derecho a insultarte en nombre de la libertad de expresión?
—Por supuesto hay muchos casos en los que las personas son conscientes de que están discriminando, pero me gusta por lo menos darle a la gente una oportunidad de ponerse de pie y evolucionar. El truco es educar y explicar de una manera atenta: de una manera en la que uno no nada más empiece a gritar y a regañar gente. Lo que tienes en mente es lo que tú quieres lograr, y entonces eliges un lenguaje que funcione para alcanzar ese objetivo. Eso es muy importante pero es más fácil decirlo que hacerlo. A menudo tengo que respirar hondo muchas veces antes de empezar a contestar (risas).  Pero creo que, cuando haces eso, encuentras gente que está dispuesta y que quiere aprender. Gente que simplemente no sabía lo que hacía y que quiere mejorarlo. Pienso que en nuestra sociedad (por lo menos en la de Estados Unidos, aunque esto puede ser universal) hay tantos ejemplos de opresión, tantas palabras y dichos discriminativos, que éstos ya no solamente son vistos como algo socialmente aceptable por completo, sino que están incrustados en el inglés cotidiano, ahí donde la gente ni siquiera se da cuenta de lo que está diciendo. Siempre encontrarás gente que diga: “¿Por qué tanto drama?”, o “No seas tan sensible”, y que te va a decir que les estás limitando su libertad de expresión. Pero he descubierto que, mientras más le informo a la gente, más son los que alzan la voz, y entonces no soy sólo yo… He ahí una razón más por la que debemos apoyarnos los unos a los otros, independientemente de si la discriminación nos afecta o no. Y pienso que, a menos que la gente levante la voz y diga algo, nada va a cambiar nunca.
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*La versión condensada se publicó en La Digna Metáfora el 15 de abril de 2015.


martes, 14 de abril de 2015

Antipostales de Nueva York: Los malentendidos que son noticia

Los malentendidos que son noticia
Malú Huacuja del Toro*
A los equívocos, a las coincidencias y a los descuidos debe la humanidad muchas teogonías. De confusiones se tejen los mitos. Gracias a ellas, por más intolerable que ahora nos resulte la idea, la imagen universal de nuestro Señor Jesucristo fue inmortalizada por Leonardo da Vinci tomando como modelo a uno de los hombres más perversos de la historia: Cesare Borgia, el hijo del depravado papa Rodrigo Borgia. Y el envilecimiento de la Iglesia Católica en tiempos de los Borgia se debió precisamente gracias a otra coincidencia, otro gran malentendido: el "descubrimiento" de América.


         Tendemos a atribuirle un valor benéfico a la conjunción inesperada de hechos, pensando que el orden del cosmos se nos revela con sucesos paralelos, siempre confiables, y es por ello que, a veces, nos equivocamos irreparablemente.
Lo que los libros de texto nunca nos cuentan cuando somos niños es que Cristóbal Colón se topó con un nuevo continente justo en el año en que el sevillano Rodrigo Borja (cuyo apellido se italianizó como Borgia) fue elegido Papa: 1492. El viaje del aventurero italiano había sido financiado por la Corona Española. El Papa era español. ¿Qué otra prueba irrefutable necesitaba España para confirmar que era el pueblo elegido de Dios y que lo que hicieran los Borgia en el Vaticano, por más incestuoso que se viera, era indudablemente católico y virtuoso? Ninguna. El pueblo no tenía por qué recurrir a la razón. Dios les hablaba con los hechos. Si no hubo más reformistas en la historia y si la gente no se sublevó más contra el corrupto Borgia fue porque precisamente durante su papado la tierra se hizo redonda y la Corona Española apareció en la Revista Forbes de la época en el lugar de Carlos Slim: como la más rica del mundo.
Si, por una parte —como se sospechaba— el Papa era un diabólico conspirador asesino, también era cierto que, cuando él asumió el solio pontificio, Dios favoreció a España. ¿Cómo explicarse ese suceso si no es justificando la depravación de la familia Borgia como un milagro?
         Los periodistas del momento y sus historiadores futuros no niegan estos hechos: los ignoran, a veces, por conveniencia, y otras, porque su época no los entiende. Corresponde a los escritores reinterpretarlos, además de saber recrearlos. Ésa es la diferencia entre un video instantáneo y la literatura.  O entre un bloguero y un novelista. La guerra y la paz no se habría contado en Twitter con cápsulas de video enlazadas a lo que un mal camarógrafo improvisado estuviera grabando en su telefonito sobre Napoleón, aunque captara millones de espectadores y hashtags
         ¿Pero a cuántas confusiones puede nuestro entendimiento someterse en la era del malentendido ciberespacial y la incomunicación instantánea? Eso es lo que a los narradores del futuro les queda por descubrir. Las posibilidades son interminables. Por ejemplo: precisamente a propósito de historiadores y novelistas, en el océano de YouTube navega ahora un video** en el que el famoso escritor Paco Ignacio Taibo II, tras la masacre a los estudiantes de Ayotzinapa, da una conferencia para promover el voto por su candidato presidencial, en la cual miente sobre lo que se supone que es un experto conocedor: la novela policíaca. ¿No es Taibo II el escritor de novela policíaca mexicana por antonomasia? ¿No es el fundador y director de la Semana Negra de Gijón (su ciudad natal)? ¿No es él quien instituyó desde 1987 y ganó para sí mismo en la primera edición del Premio Hammett que otorga la Asociación Internacional de Escritores Policíacos? Si todas estas respuestas son afirmativas, es inexplicable que aparezca frente a una manta de Pancho Villa, Flores Magón y el Che Guevara declarando lo siguiente:
         —Decía Sherlock Holmes, que es de izquierda, compañeros, no se les olvide, que cuando tengas alguna de quién fue, quién mató, tú, follow the money: sigue el dinero. El camarada Sherlock Holmes, que ha sido incorporado a nuestras filas gracias a mi habilidad para incorporar a todo lo chingón a nuestras filas... era sabio.
         Pero nada de sabia tiene su afirmación. El parlamento Sigue el dinero no es de Arthur Conan Doyle, creador del inmortal Sherlock Holmes. Se atribuye a William Goldman, guionista de la película Todos los hombres del presidente (1976, Alan J. Pakula), en labios del personaje Garganta Profunda (el informante secreto que filtró datos sobre el escándalo Watergate a los periodistas Carl Bernstein y Bob Woodward del Washington Post), y tiene su primer antecedente en la locución latina citada por Cicerón, Cui bono, o Cui prodest ("¿Quién se beneficia?"). El autor de Días de combate le atribuye a Holmes una frase falsa y ser "de izquierda", porque el chiste de un "detective de izquierda que sigue el dinero" (que sí existe) lo leyó en otra novela policíaca que no es del creacionista (que no progresista) Conan Doyle y de cuyo nombre no quiere acordarse.
¿Qué importa? La gente está ahí para aplaudirle. Predica a los adoctrinados. Descansa en la popularidad que se ha hecho como historiador y novelista premiado de literatura policíaca, y así se urden los malentendidos.
         A su vez, la buena fama de la dicha película y del libro Todos los hombres del Presidente que forjó en gran medida el prestigio del periodismo norteamericano, ya no es lo que fue en tiempos de Bob Woodward. La reputación de The Washington Post y deThe New York Times vive de laureles pasados, y los ha capitalizado desde principios de este milenio, con los ataques a las Torres Gemelas y la invasión a Irak, cuando ningún periodista tenía permitido reportear desde los campos de batalla si no viajaba como “incrustado” del Ejército (esto es: recibiendo los boletines de guerra de las fuerzas armadas y visitando sólo lo que se le permitiera, a riesgo de perder su trabajo). En 2009, su columnista Maureen Dowd fue descubierta plagiándose un análisis de Josh Marshall en el blog TPM, por no hablar de las acusaciones de plagio de su ex reportero Chris Hedges.
De modo que, desde que el magnate Carlos Slim tiene acciones en The New York Times, no es de sorprenderse que ciertos reportajes a su favor comiencen a aparecer (se hablará de la forma como los Murat compraron inmuebles en Manhattan pero jamás de cómo el propio Slim compró el edificio enorme, lujosísimo, de The New York Times, por ejemplo). Hay que “seguir el dinero”, como diría un cierto detective que no fue Sherlock Holmes.
¿A dónde nos llevará la falta de rigor literario y periodístico que fomenta la digitalización de la realidad al servicio de la corrupción? Los comentaristas del video de Taibo II me dan alguna idea con sus respuestas: uno de ellos dice que me equivoco, que necesito “haber leído más libros que él” (aunque me temo que ése es el caso), y “por supuesto, haber recibido más premios que él” (porque el premio, como se sabe, es prueba de que nadie miente ni plagia).  Otro, para refutarme, cita en inglés un blog en donde alguien pone el célebre parlamento follow the money en labios de Holmes… pero no se da cuenta de que no lo escribe Doyle en el siglo antepasado, sino la bloguera Katharine Trendacosta el 6 de marzo de 2014, según ella misma cuenta…
Aunque digitalizados, quizás nuestros medios informativos no han evolucionado mucho desde tiempos de los Borgia…


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*Texto publicado originalmente en La Digna Metáfora, marzo de 2015

**Canal buzonciudadano. Nombre del video: #Ayotzinapa VS #EPN: Memoria en Acción - Paco Ignacio Taibo II. Publicado el 1o. de diciembre de 2014. Enlace al cierre de esta edición: youtube.com/watch?=SZal-VaErZs.

lunes, 6 de abril de 2015

Votar o no votar: no, no es ése el dilema /y II

El dilema realmente es seguir llamando a los diputados “legisladores” en lugar de “cortesanos”. Entendámonos: si cada sexenio extorsionan por los votos a favor de unas legislaciones que nadie quiere —ni ellos—, pero que emperadores como Slim y sus reyes les ordenan imponer para exprimir más a la población, si no representan más que a sí mismos y sus negocios secretos (algunos liados con el narcotráfico, otros meramente ilegales por implicar conflicto de intereses, pero que en todo caso no tienen nada qué ver con el bien público); si su objetivo, digan lo que digan, provengan del partido que sea, es desmantelar al país, empobrecer aún más a la mayor cantidad posible de gente para que los magnates como Slim vivan más, y trepanarse el cerebro autoconvenciéndose de que están en una república en la que, además, hacen muy bien su trabajo, ¿por qué seguimos hablando y comportándonos como si algún mexicano en su sano juicio hubiera votado de manera voluntaria, libre e informada por ellos? Está clarísimo que, gracias a ellos, se privatizarán todos los recursos naturales para que emperadores como Slim los administren. Gracias a ellos, la mayoría de la juventud mexicana será privada de educación pública y destinada a las filas del narcotráfico como quieren los reyes del crimen organizado (y, como se vio en Guerrero, con la ayuda no sólo del PRI y del PAN sino también del PRD y Morena). ¿Y seguimos llamándolos “diputados”? En realidad, a estas alturas, la única legislación que tendría sentido (por lo ridícula) es una que establezca que usen pelucas de cortesanos estilo Luis XV. Debemos hacer peticiones exigiendo una ley por la que el dinero del erario —que de todas formas se derrocha de la manera más inútil— sea destinado al diseño y el cumplimiento de la obligación de ponerse esto.



lunes, 23 de marzo de 2015

“No me voy a tomar fotos con el señor que trabaja en el consulado”

Al micrófono, Felipe de la Cruz en la plaza Union Square, NYC 22/3/15

Vino a Nueva York el profesor de Ayotzinapa Felipe de la Cruz Sandoval con su dolor a cuestas, pero también, con muchas aclaraciones y enseñanzas. Se nota que está acostumbrado a dar clases a los jóvenes y los pequeños. Explicó que no acepta sobornos, que "odia a este país" (no a nosotros, sino al gobierno de Estados Unidos), que su movimiento no existe para ganar diputaciones ni puestos en el poder y que a los padres de los asesinados y desaparecidos no les queda ninguna duda de que el de Ayotzinapa fue un crimen de Estado. En más de una ocasión, casi sin quererlo, hizo destacar la diferencia entre el proceder de los políticos que propiciaron la masacre de Iguala y el suyo. En particular, a diferencia de López Obrador (quien admite que "se saca fotos con cualquiera", incluidos narcotraficantes y asesinos) o de “intelectuales” como Monsiváis y Poniatowska (quienes se tomaban fotos con Carlos Salinas de Gortari e insistieron en que eso no tiene la menor importancia),   al término de una de las pláticas el profe pidió que se difundiera este anuncio:
            —A la persona que se encuentra en el público que trabaja para el consulado de México se le informa que el profesor no se va a tomar una foto con él.
              Pues, en efecto, cuando no forma parte de una “narrativa calculada” como la de Sicilia, el retrato no involuntario con el enemigo o con el empleado del enemigo es signo de obediencia.
            Posteriormente, cuando los oportunistas trataron de asociar su lucha con las autodefensas de Mireles, se abstuvo de contestar. No fue ése el caso cuando se le preguntó por los zapatistas o por Nestora Salgado.

Ejemplos que contrastan: Elena Poniatowxka del brazo de Salinas de Gortari

Ejemplos que contrastan: Obrador con Ángel Aguirre, ex gobernador de Guerrero
Obrador: ¿retratos involuntarios?