domingo, 10 de mayo de 2015

Un año después, el director de "Güeros" sigue sin perdonarse a sí mismo


Ruizpalacios sigue sin perdonarse a sí mismo y se está convirtiendo en un mentiroso compulsivo. Como ustedes recordarán, yo nunca le dije: “Pinche güerito fresa, ¿cómo te atreves a hablar de esos temas?”. Para empezar, no hablo así; no uso esas palabras* ni formularía una pregunta cuya respuesta no me interesa (no creo que Ruizpalacios “se haya atrevido” a nada; de hecho el problema fue que no se arriesgó a estudiar e investigar bien sobre la huelga). Pero mi pregunta y mi opinión, además, las expresé en inglés para que los estudiantes que tienen una deuda impagable gracias a la privatización de las universidades entendieran de qué estaba yo hablando (sin “pinche” ni “güerito” y menos “fresa”, término que en Nueva York no se entendería en absoluto, cuando yo lo que quise, y lo que le dolió a Ruizpalacios, es que mi exposición fuera clara, breve y sustentada con hechos históricos). Y, para terminar, yo sí tengo argumentos; no necesito insultar y menos por una razón tan burda. Él sigue remendando sus declaraciones en lo que no puede hacer son su trabajo. Primero dice que “su película no es sobre la huelga” y manda hasta a su guionista a explicarme de qué se supone que trata realmente su obra (aunque guion que no se explica solo o que requiere tantas aclaraciones realmente no es un trabajo muy profesional). Ahora, en cambio, se anuncia como “el primer filme” sobre la huelga. ¿Cambio de planes en la estrategia publicitaria? “En la huelga real, los diez meses de paro hicieron que se radicalizaran algunas facciones, que muchos estudiantes desesperaran, que otros abandonaran, que crecieran peligrosamente los fanatismos. En la película hay un poco de todo ello”, miente flagrantemente la nota sobre Güeros. 

Lo mejor, sin embargo, aparece al final: Ruizpalacios dice que en Nueva York concluyó “que él era una ‘persona liberal, de izquierda’”, lo cual es una vil mentira —no dijo nada semejante—, y que lamenta “la falta de autocrítica”. Ajá. Esto, dicho después de un año de estar mandándome paleros con mensajes anónimos insultantes precisamente por su falta de autocrítica… Bueno.
Aquí lo que antes decía:


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*Aclaración: 
Dije “yo no uso esas palabras” para hablar ante un público extranjero sobre algo sumamente importante para mi país como es la educación pública. No porque no sepa usar o me asuste decir “pinche” y “más bien ojete”.