Apreciada
lectora / lector:
A un mes del cobarde asesinato del activista Antonio
Vivar, quien razonablemente oponía una resistencia pacífica y desarmada al
sistema electoral en Tlapa, Guerrero, en apoyo a Ayotzinapa, fuimos al
Consulado General de México en Nueva York a protestar. Cuando la cónsul Sandra
Fuentes Beráin salió por la puerta principal con su comitiva, fingió no vernos
ni oírnos, a pesar de nuestras pancartas y nuestros gritos.
Por mi parte, les escribí estas coplas a los empleados
de todos los consulados de México en el mundo. Si te parece bien, difúndelas en
redes sociales, especialmente entre tus contactos que vivan en el extranjero
hasta que les resulte imposible seguir trabajando en esas sucursales del
narcogobierno. No te cuesta nada difundir la imagen, pero a ellos les recuerda
lo que son. No es necesario que me des crédito. También hay ya un tuit que puedes reenviar: tuit para los empleados de los consulados de México
Gracias por tu ayuda en esta campaña para incomodar a
los empleados de los consulados y embajadas. Queremos que las oficinas de
México en el mundo y especialmente en Nueva York tengan la fama que se merecen en el
mercado laboral y que la gente digna no quiera trabajar ahí. Solamente a los
intelectuales y artistas de la plutocracia les parece un honor departir con
Sandra Fuentes Beráin.
Por cierto, ¿sabías que en el consulado de Nueva York
hay una sala que se llama Octavio Paz? Es ocupada por los migrantes pobres a
los que Paz ayudó a expulsar de su país hace 25 años, trabajando como promotor de lujo* del gobierno de Salinas de Gortari y defendiendo la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC)…
En fin. Te abrazo a la distancia y te agradezco lo que
puedas hacer…
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*Pequeña crónica de grandes días, FCE, México, 1990.
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*Pequeña crónica de grandes días, FCE, México, 1990.
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