“¿Buscando brutalidad con personalidad? Bueno, la ciudad de Nueva York es su destino para ser encarcelado. Paladee el pavimento en la ciudad más fabulosa del mundo donde, mañana tarde o noche, siempre es la hora de Giuliani”, dice sarcásticamente el comentarista Bill Maher en su nueva guía de brutalidad policíaca, a raíz de lo sucedido en Baltimore y los arrestos en Nueva York esta semana.
Me tocó presenciar uno el jueves. Un bloque de policías se lanzó contra
un joven que no estaba haciendo absolutamente nada. En fracciones de segundo lo
agarraron por la espalda y le pusieron el rostro en el pavimento. Son los “arrestos
ejemplares” que sirven para dispersar a la multitud.
A veces me pregunto qué habría sido de la ciudad de México si no
hubieran ocultado quién es Giuliani los medios
de comunicación “progresistas” como La
Jornada. Si, a pesar de que lo contrataron López Obrador y Ebrard, hubieran
hecho periodismo y hubieran publicado lo que, sin necesidad de Wikileaks ni
YouTube, estaba documentado en Nueva York mientras Giuliani fue alcalde a
propósito de la brutalidad policíaca (mucho antes de la de Eric Garner). ¿Se
habría formado una población capitalina más crítica de la izquierda electoral?
¿Una población que no habría permitido los Juanitos
de Iztapalapa en ningún lado? ¿Una ciudadanía que no se habría burlado de los
huelguistas de la UNAM? ¿Una ciudadanía
más crítica de la corresponsabilidad de Morena en la masacre de Iguala? ¿Una
juventud que se negaría a trabajar como trol del AMLOVE en Twitter?
¿Se habría podido evitar la masacre y desaparición de los estudiantes de
Ayotzinapa si el equipo voluntario de campaña de AMLO como Jaime Avilés y La
Jornada toda no le hubieran mentido a la ciudad de México sobre los
antecedentes de Giuliani?
No lo sé. Como bien citaba mi querida amiga difunta Paty Luke (yo sí
celebro su memoria sin las mentiras que tanto le chocaban), “el ‘hubiera’ es un
tiempo pendejo”. Porque, en efecto, el pasado no se puede repetir. Tal vez es el momento de que empiecen a
aprender sobre AMLO lo que antes no quisieron ver. Y entender que el
entrenamiento policíaco actual no es solamente culpa de Mancera. Que Giuliani
fue a entrenar a la policía de Bagdad. Por ahí dicen que “más vale tarde que
nunca”.
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