domingo, 11 de julio de 2021

¡Ayer fui al teatro, no en Nueva York sino en México!

¡Ayer fui al teatro, no en Nueva York sino en México! Algo bueno tenía que salir entre las trágicas cuentas (y las que faltan) de esta pandemia: teatro en línea a cualquier parte del mundo. La transmisión de la función presencial te permite conmoverte y reír junto con el público, a la distancia. No es teatro, pero te acerca más a la experiencia teatral que una teleserie en Netflix.
Vi Los habladores, escrita y dirigida por David Olguín. Con las estupendas actuaciones de mi queridísima Georgina Tábora, el fascinante Manuel Domínguez, el hipnótico Silverio Palacios, el inacabable Esteban Caicedo, la inolvidable Laura Almela y la siempre enorme Rosario Zúñiga.

Ya les he dicho: la forma como maltratamos a nuestros formidables intérpretes mexicanos es reflejo de lo disfuncional que es nuestro país. Idolatramos a nuestros pésimos futbolistas y llenamos estadios para ver cómo no meten ni un gol, pero tenemos a algunos de los mejores actores teatrales del mundo y ni nos inmutamos. Qué bendición que, ahora, por lo menos, los poquitos espectadores mexicanos que sí valoramos a nuestros artistas podamos apreciar su trabajo desde cualquier estado del país y del mundo. Como dice Adhira en Al final del patriarcado: "Ni siquiera el mal es perfecto”. ¡Algo bueno tenía que ocurrir! A las 8 de la noche hora de Nueva York, me armé con mi tacita de café y me senté en cuarta fila al centro.



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