Hubo un tiempo en que en México existió verdadera crítica y
reseña literaria, no promociones por encargo. Fue en gran medida gracias al Suplemento
sábado de #HubertoBatis. Habiendo podido usar esa publicación de trampolín para ocupar puestos de
funcionario (por su hermano político y por él mismo), la dedicaba a los libros.
El suplemento abarcaba todas las facetas posibles de la actividad cultural,
incluida la de la industria del entretenimiento —alguna vez me encargó una
columna de reseñas de programas de televisión—, combinadas con la erotomanía
que lo caracterizaba. Pero quizás lo más sorprendente, tradicional y original
del suplemento es que la literatura nunca dejó de tener un lugar preponderante:
los libros y los escritores eran la noticia de primera plana y no la columnita
de la última página.
Mis condolencias a su esposa, a sus hijos y a todos sus seres queridos, que son muchos. A todos los escritores y críticos a los que formó y / o impulsó; en los que creyó, y que también somos muchos, aunque no todos se lo reconozcan.
Mis condolencias a su esposa, a sus hijos y a todos sus seres queridos, que son muchos. A todos los escritores y críticos a los que formó y / o impulsó; en los que creyó, y que también somos muchos, aunque no todos se lo reconozcan.
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