Una de las historias de Malú*
Para no
embrutecerme, para no navegar en un río de excelentes historias, y ya que las
seis reunidas en El suicidio y otros
cuentos (Plaza y Valdés, 2013) de Malú Huacuja del Toro mantienen una misma
temática —aunque, debo aclarar, que no son la misma ni iguales y que cada una merecería
un comentario aparte—, voy a dialogar únicamente con “Ese Hamlet” que abre el
libro.
Hace muchos años, por cierto, advirtió Edmundo Valadés que “cada cuento
encuentra a su lector” y a mí me ha atrapado la primera narración de Malú
debido a asuntos que intentaré explicar lo mejor que pueda. Pues, como digo,
soy propenso a embrutecerme y agrego: a enredarme cuando abro un amplio espectro
en mis comentarios, por esa razón, esta vez he decidido hablar solamente de
"Ese Hamlet".
La apertura de la historia ofrece la oportunidad de un extenso ensayo
sobre el suicidio desde Shakespeare y hasta Albert Camus, y es tentador para
cualquiera, luego de leer el cuento, volver a atravesar los caminos que el
devenir de la historia literaria nos ofrece en el tema del suicido, sin embargo
Malú decide solamente tentarnos y llevar al posible lector a imaginar cuánto de
lectura increíble está en ese espacio abierto, repito, como una tentación.
Si del monólogo de Shakespeare en Hamlet
a El mito de Sísifo de Camus hay una
distancia de tiempo enorme, ya se podrá imaginar cualquiera que hay pastizales
de papel para comer y analizar casi por toda una vida, o quizás me equivoco y
lo que hace Malú es plantear que para llegar a este cuento y, es claro, a esta
reunión de historias, ha hecho una cantidad enorme de lecturas que la llevaron
a reconocer, de nueva cuenta, que el suicidio es una temática de la propia literatura
y un hecho que, lamentablemente, es parte de la propia historia humana.
Mítico y filosófico, el tema también corresponde a la narrativa y a la literatura
y al arte en general. Pero Malú delimita. Hace un planteamiento. Se queda
quieta y nos invita a la lectura de obras ya clásicas del mundo actual. Si a William
Shakespeare y a Albert Camus les sedujo el tema como para llevarlo a la escena
uno, y otro a la reflexión, es sin duda porque es importante. Pero Malú nos
cuenta. Malú nos pone en relación con el suicidio, no sin antes quizás haberlo
estudiado en obras ajenas para luego asentarlo en sus reflexiones, pues la
historia desde un plano humano va por las sinuosas veredas de la trayectoria
del tópico en el tiempo y entrelaza un relato para adentrarse en éste y
continuar en seguida y a caballo una reflexión sin dejar hacernos sentir que
hay una vacilación en su escritura, es decir, "Ese Hamlet" es 1o
mismo un ensayo que un cuento. Es la historia desde la narrativa y desde el
pensamiento. Es una forma de encuentro y, a la vez, un mítico set de dos cabezas,
y un único cuerpo que no distrae al posible lector, pues la autora es de
amplios recursos y de experiencia en la escritura.
Entonces ¿”Ese Hamlet” es un ensayo o un cuento? Desde mi punto de vista
es ambos. Desde mi lectura hay una fusión muy bien lograda y quien lee “Ese
Hamlet” camina por una historia muy cercana a la vida y, también, muy cercana
al pensamiento. Al colocar estas vertientes en un mismo texto Malú nos describe,
nos comparte sus registros narrativos, como ya dije, y nos seduce al grado de
perdernos y después llevarnos a la salida de ese laberinto delicioso de su
escritura y su imaginación y su alcance ensayístico.
Me encantan, en lo personal, esas mixturas en la literatura. Un cuento
no tiene que ser solamente un cuento sino varios géneros a la vez. Me interesa
el tema del suicidio, pero también la historia del suicidio. Me toca el tema,
pero no me interesa leer una nota periodística directa y sin gracia sobre alguien
que ha tomado la decisión de suicidarse. Quizás por eso —y espero no salirme de
la dirección de este camino—, nos gusta la historia de la vida y muerte de los
poetas y artistas que se han suicidado. ¿Nos gustan o me gustan? Debo decir que
el suicidio del poeta Manuel Acuña o Cesare Pavese, va de lo doloroso a lo
melodramático. Debo recordar que la muerte por agua de Alfonsina Storni, por
ejemplo, ya es un tema para un cuento o una novela, pero Malú —tengo la impresión—
no se deja llevar por estos dramas clásicos y literarios del suicidio, sino que
hizo una historia-reflexión y colocó a personajes cercanos a la realidad y Ia propia
vida y no al mito, lo cual advierto que hubiera sido muy fácil para Malú.
Entonces lo que ella nos entrega —y ahora sí incluyo las seis historias— son
realidades parodiadas, a veces con pasajes llenos de humor (y sin moralejas),
pero siempre impecables en su escritura.
Porque El suicidio y otros cuentos
bien podría haber sido un correlato de anécdotas; pero la habilidad narrativa,
la intensa imaginación, la experiencia declarada de Malú Huacuja del Torro en
la narrativa, le da la vuelta y nos lleva por senderos distintos en su punto de
vista sobre una temática —y costumbre de los seres humanos tan común y de algún
modo patético y doloroso siempre— del acto de suicidarse.
En “Ese Hamlet” —y en todo El
suicidio y otros cuentos— Malú Huacuja del Toro nos recuerda que su oficio
es narrar, contar historias pie a equivocaciones. Malú es eso: una escritora,
una contadora de buenas historias.
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*Palabras del narrador, ensayista, periodista y editor Víctor Manuel Pazarín durante la presentación del libro El suicidio y otros cuentos en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Jalisco, diciembre de 2013
*Palabras del narrador, ensayista, periodista y editor Víctor Manuel Pazarín durante la presentación del libro El suicidio y otros cuentos en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Jalisco, diciembre de 2013
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