sábado, 19 de marzo de 2022

De cuando los rusos hacían cola para entrar al primer McDonald's y Luis de Llano abusaba de Sasha

ERAN LOS TIEMPOS EN LOS QUE LOS RUSOS HACÍAN LARGAS COLAS PARA ENTRAR AL PRIMER MC DONALD'S EN MOSCÚ, como signo de la llegada triunfal del capitalismo. 


En ese entonces, el pueblo ruso estaba enloquecido por las telenovelas de Verónica Castro...

Se enojaron mucho conmigo porque fui la única mexicana que estuvo ahí, no para celebrar el fenómeno sino para reportear que se debía a una cuestión racial muy básica: en Rusia, cualquier trabajadora doméstica es rubia de ojos verdes, como Verónica Castro. Las televidentes no entendían que, en México, las empleadas de la limpieza son mayoritariamente indígenas. Que su piel es del color de la tierra. Que se burlan de ellas porque su idioma natal es prehispánico. Que los patrones no se enamoran de ellas ni se quieren casar con ellas. En todo caso, las violan, o mandan a sus hijos a que “se estrenen” con ellas (y las violen). Tenían que pasar 30 años hasta que vieran “Roma” en Netflix (si es que la vieron, antes de que les quiten Netflix).



Los rusos que nacieron en la misma tierra que Tchaikovski, Tolstoi, Chéjov y Turguéniev creían que yo era maravillosa por ser del país de Fernanda Villeli y Luis de Llano, donde se pudo engendrar una Secretaría de Educación como Televisa con sus telenovelas y sus productores pederastas.

Eran un pueblo engañado… como el nuestro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu lectura y por tu paciencia. Los comentarios para los apuntes que tengan más de dos días requieren moderación.