Para mí, Michael
Jackson era el epítome del éxito capitalista y su carrera en pos de la nada: un
negro que quería ser blanco, un homosexual que hacía su fortuna de un mercado
heterosexual y homofóbico, un pederasta que siempre hablaba de dios. Su muerte
es también ilustrativa del sistema económico al que sirvió, pues -aunque la
historia mediática nos cuente que un doctor lo sobredosificó-, es claro que
murió de desesperación por querer seguir dando conciertos como un jovencito a
los cincuenta años, en lugar de vivir su edad y entender las leyes de la
naturaleza.
¿Pero quién
estaba más loco que Michael Jackson? ¿Él,
o los fanáticos que lo defendían ante las evidencias?
Es preciso pensar en esto una y otra vez. Mañana, Poniatowska presenta como
si nada, junto con el Jefe de Gobierno de la ciudad de México, un libro sobre
el movimiento del 68: ¿quién está más loco, ella o los fanáticos que llevan
quince días escribiéndome en los más variados tonos, siempre sin argumentos,
para tratar de demostrar que quienes tenemos memoria somos unos envidiosos o
unos ociosos o que no sabemos escribir y que mentimos?
Hay quienes
incluso se pusieron a defender a Gloria Trevi.
De todas
formas, en lo que se suponía que sabía hacer (componer, bailar y cantar) Michael
Jackson era diestro y, a veces, genial. Poniatowska
y Monsiváis ni siquiera hicieron muy bien aquello por lo que tanto los premiaron.
Menos aún, Gloria Trevi.
Pero sus
seguidores se comportan como los de Michael Jackson.
Tal vez deberían escuchar la canción del propio
Jackson en este video banal en el que se compara con líderes como Gandhi y
Martin Luther King: “Le estoy hablando al hombre en el espejo”. http://www.youtube.com/watch?v=pEQAie8ABLE
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