de su rugido aplastante
nació un corazón gigante
que con su latido urgente
al gobierno derrotó.
Desde entonces ahí estuvo
demandante, denunciante,
generoso en lo que pudo
y con los corruptos, rudo.
Porque hasta antes de ese instante
para tener gobernante
sólo estaba permitido
mirar por televisión
al que elegía el Presidente.
Porque hasta antes de ese instante
el voto estaba prohibido
para elegir al regente
de la ciudad capital.
Porque hasta antes de ese instante
tuvimos, por imposición
el cañón de Hank González
y al Ramón de tantos males.
Ese corazón masivo
tendió un lazo, compasivo,
a los más desprotegidos.
Porque hasta antes de ese instante
nos fue impuesto sin preguntas
Manuel Camacho Solís.
¡Qué período escalofriante!
Fue mucho lo que logró
nuestra constante presión
contra esa imposición.
Ya hoy podemos votar
por un destino infeliz
y al mismo diablo abrazar
en un acto travestido
por un partido vampiro
o un vampiro mal parido
que al corazón del gigante
le hincó su diente podrido.
¡Qué período escalofriante!
Desde entonces ahí estuvo
demandante, denunciante,
generoso en lo que pudo
y con los corruptos, rudo.
Porque hasta antes de ese instante
para tener gobernante
sólo estaba permitido
mirar por televisión
al que elegía el Presidente.
Porque hasta antes de ese instante
el voto estaba prohibido
para elegir al regente
de la ciudad capital.
Porque hasta antes de ese instante
tuvimos, por imposición
el cañón de Hank González
y al Ramón de tantos males.
Ese corazón masivo
tendió un lazo, compasivo,
a los más desprotegidos.
Porque hasta antes de ese instante
nos fue impuesto sin preguntas
Manuel Camacho Solís.
¡Qué período escalofriante!
Fue mucho lo que logró
nuestra constante presión
contra esa imposición.
Ya hoy podemos votar
por un destino infeliz
y al mismo diablo abrazar
en un acto travestido
por un partido vampiro
o un vampiro mal parido
que al corazón del gigante
le hincó su diente podrido.
¡Qué período escalofriante!
Que lindo escribe señora, que manera de estrujarle a uno la memoria.
ResponderEliminarRené Loyo Cárdenas