Ayer pasé por la Zona Cero donde se construye el Proyecto Arrogancia: en lugar de una escuela o una universidad o un parque conmemorativo (todas éstas propuestas de una consulta popular a la que no le hicieron ningún caso, pero que sirvió de tapabocas), aquí se erigen los dos falos largos convocando a más violencia, más guerras, más negocios bañados en sangre, más medios de comunicación llenos de bombas en la boca, más censura, más tortura, más Mario Vargas Llosa y menos José Revueltas.
¡BRAVO, MALÚ!
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