lunes, 7 de marzo de 2011

Falta hablar de esa pesadilla que es la(el) amante del director

Estoy sumamente entretenida y animada leyendo el blog del cineasta Julián Pensamiento Martínez y en especial su reflexión (en formato de guión, con citas "arteras"), sobre el guionismo en palabras de Ricardo Garibay, a quien, por cierto, también entrevisté sobre el particular poco antes de su muerte. Lo agradezco. Pero de lo que todavía falta elaborar una reflexión sistematizada -respecto al trabajo del guionista,  me parece- es de ese verdadero tormento con el que alguna vez hemos tenido que lidiar todos los escritores de libretos de cine o teatro o televisión, y que es el cerebro (normalmente subutilizado, pero ambicioso) de la amante o el amante del director(a). Ese inevitable factor es una monserga, y, dependiendo de la influencia que tiene en el del(la) director o directora, puede destrozar un trabajo creativo más que cualquier burócrata de cualquier consejo dictaminador. Cuando el director o la directora son promiscuos sexualmente hablando, peor, pues a ellos no les interesa -como a uno- el trabajo, sino la rivalidad sexual. Hay que recibir un concierto de órdenes inconexas de estos pequeños ventrílocuos. Una magna pesadilla.

1 comentario:

  1. Tienes mucha razón! habría que juntar historias al respecto y crear todo este punto de vista alterno que es el que no se ve.
    Hace años, me platicaba una ex que le escuchó decir a Mitl Valdéz, el otrora director del Cuec, que para él "un director que no cogía bien no podía dirigir como dios manda" palabras más-menos, pero esa era la idea. Yo nunca llegué a conocer a la "cogida" que lo motivaba a dirigir "como dios manda", pero de tan bien que se la cogía terminaron divorciados... Bueno, a la próxima me consigo bien el chisme certero y completo, pero pues falta conocer la versión de la esposa.
    Y pues, hay que ir sistematizando este asunto, ¿no?

    ¡¡Y muchas gracias por la visita al blog!! (se sonroja a más no poder...)

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