lunes, 10 de diciembre de 2018

Malú Huacuja del Toro por Héctor Cortés Mandujano

Casa de citas/ 405
Malú Huacuja del Toro


Héctor Cortés Mandujano
27 de noviembre de 2018
En octubre de 1988, mi amiga María Eugenia Reyes me regaló y dedicó un libro (ahí puso la fecha) en la costumbre que teníamos de compartir nuestros descubrimientos literarios: Crimen sin faltas de ortografía (Plaza y Janés, 1986), de Malú Huacuja.
La novela es divertida, pese a que trata de dos crímenes (en “Lo siniestro”, Sigmund Freud propone que El fantasma de Canterville, de Wilde, no espanta porque es ridiculizado por el autor). Los muertos son Ignacio Sepulcro Barragán, odiado por muchos, e Isabel Nieto, amante del primero, y la narradora vuelve simpática la historia por algo que sólo logran conseguir los que conocen con claridad una clave que resulta difícil de explicar, comprender y aplicar en literatura: el tono.
Elia Mericce, quien sigue de cerca a los chafas investigadores de los crímenes y quien sabe con exactitud por qué y cómo murieron Sepulcro e Isabel, cuenta todo con el desparpajo de los que ven la vida como entomólogos. Dice, por ejemplo (pp.61-62): “A mediodía, Maricarmen llegó con un pollo rostizado para comer y ciertas informaciones. No reproduciré en estas páginas el diálogo que sostuvieron, porque tengo hambre…”
Más adelante habla de otra mujer, Guadalupe (pp. 80-81): “Conocía ese tipo de mujeres: se sienten dinámicas, competentes; efectivas. Pueden tener veinticinco hijos sin problemas. Pueden educarlos con la misma atención que al primero, e incluso contar chistes, de vez en cuando”.
Otra de sus notas (p. 103): “La señora escuchó el discurso de Fabiola con una atención envidiable (digo esto porque, a mí, muy poca gente me oye cuando hablo…)”
En su descripción personal, Elia, la narradora, dice que (p. 130) se está quedando calva. Nada que ver con la autora, Malú Huacuja, a quien en la contraportada la vemos con tremenda mata de pelo negro.
Otros elementos narrativos divertidos en Crimen sin faltas de ortografía (el primer asesinado dirigía un taller de escritura creativa) son las aclaraciones a pie de página que sitúan lo narrado en un pasado y a la narradora en un futuro sin fechas. Cuando en algún momento menciona a Chespirito (p. 11), el pie de página dice: “Nombre de un evento propio de las televisiones de hace años, que proyectaban imágenes y sonidos”; Radio UNAM (p. 31) es una “estación antecesora de Radio Pirata”; en la página 78 Malú muestra otra vez sus dotes de adivina (no olvidemos que la novela se publicó en 1986) cuando dice: “Fue justo en estos tiempos cuando comenzó a gestarse el actual Plan Nacional de Desaparición de la Música”, que ahora nos queda claro con el reguetón y otras plagas, y cuando menciona el Valium anota (p. 108): “Nombre de una de las pastillas que se vendían en farmacias, antes del estallamiento realista”.
Ilustración: Alejandro Nudding
***

Casi no hay nada tan privado como la lectura en silencio.
Tal vez sólo el sueño
Malú Huacuja del Toro,
en Crueldad en subasta
Malú me mandó una linda carta hace tiempo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu lectura y por tu paciencia. Los comentarios para los apuntes que tengan más de dos días requieren moderación.