martes, 4 de marzo de 2014

Decir "no veas televisión" es tan estúpido como sus programas


Decir “no veas televisión” es tan estúpido como recomendar “no leas los periódicos” o “no uses internet”, cuando lo que se critica es el daño que pueden causar los contenidos si se tiene una percepción acrítica y desifnormada. Hasta el frenéticoTwitter contiene de vez en cuando, entre toneladas de basura,  histrionismo y pornografía, enlaces a cierta información interesante o a textos valiosos. 
     Recuerdo que, en uno de los primeros libros que se publicaron para desprestigiar a los rebeldes zapatistas, los acusaban de “usar internet”, como si eso fuera pecado, lo que a la luz de la historia resulta hilarante.
      Decir "no veas los programas de televisión" es tan cuestionable como los programas mismos. Tal vez lo que tales consejeros recomiendan es "no creer ciegamente en cualquier programa de televisión", cultivar su propio criterio y tener una mirada distanciada del engaño.
      Yo, por el contrario, a quienes me leen les recomiendo que no solamente me lean a mí: que  lean, vean y oigan de todo. Que se formen su propio punto de vista y que lo expresen, pero después de estar enterados. (Aunque, si no van a opinar, pueden ahorrar su tiempo de vida con ciertas películas, como la de La gran belleza de Paolo Sorrentino, que es como Fellini pero mediocre y, si no aguantan la curiosidad de entender por qué se sacó un Oscar, rentarla después para verla en fast-forward.)

      Entre los libros que la gente dice haber leído para no parecer tonta o sin conciencia social están los de Elena Poniatowska. Si la leyeran, se darían cuenta de que en realidad soy una mujer tolerante y paciente. Y que muchos de sus troles defensores, con lo irascibles que han demostrado ser, la agarrarían a pedradas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu lectura y por tu paciencia. Los comentarios para los apuntes que tengan más de dos días requieren moderación.