lunes, 2 de junio de 2014

Hablando del Rey de España y del de Roma


Y hablando del anacrónico Rey de España, de su abdicación, y de otro de Roma, se asoma un legado esquizofrénico en la política mexicana que se remonta a tiempos muy anteriores al inmerecido Premio Cervantes a la princesa polaca Elena Poniatowska vestida de falsa tehuana y con discurso de izquierda, recibiendo su galardón de manos del Rey Juan Carlos de España. Del caudillismo y la doble moral le echamos sólo la culpa al PRI, a la Revolución Mexicana, al nacionalismo superficial o en todo caso, a nuestra herencia prehispánica. Pero se nos olvida otro inmenso universo de nuestra historia: formamos parte de la Colonia Española gracias a las Bulas Alejandrinas que repartieron el Nuevo Mundo entre España y Portugal años antes de la Conquista de México. ¿Y por qué se llaman “Alejandrinas”? Por el Papa Alejandro VI, que, era, ni más ni menos, el depravado Rodrigo Borgia (apellido italianizado de su original español: Borja). Mucho antes que los premios entregados por conveniencia como títulos nobiliarios, y que las becas del Fonca y que Salinas de Gortari que el Papa Juan Pablo II -"siempre fiel a México"-, antes de todo eso, el corruptísimo Borgia, que no sólo practicó el nepotismo con sus sobrinos, sino con sus hijos,  inventó el título de Reyes Católicos para sus coterráneos -sí: el muy priista-, con lo que les concedió todo el poder para evangelizar a los indios. ¿Pero eran realmente más católicos unos reyes que reconocían al degenerado Borgia como representante de Dios en la Tierra? Por supuesto que no. El título se los inventó el Papa para darles más derechos y riquezas a sus compadres. ¿Ven de dónde venimos? De la cama disoluta de los Borgia. Y con esa “autoridad moral” evangelizaban a los indios.

3 comentarios:

  1. Qué aburrución, señora. Parece que se le ha secado el seso por obsesionarse con Elena. Qué desgaste de talento el suyo!

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  2. JUAR (Jocosa, Ultrasonora y Agradecida Risotada). Mientras más te enojes, más insistiré en subrayar la impostura, la corrupción y la estafa de tu santa. Porque para tedios, los discursos de Elenita: puras mentiras. Si no te cansan las entrevistas que da en “La Jornada” cada vez que se agencia alguno de sus premios espurios, ni sus novelas (algunas redactadas por sus escribanos), tú aguantas cualquier cosa. A ti te pueden encajar “La piel del cielo” completa y te la tragas.
    Por lo demás, con esa súbita preocupación por mi talento y las diversas utilizaciones del mismo, me recordaste la época en la que la banda de Jesusa Rodríguez, Liliana Felipe, “El Fisgón” y Ximena Cuevas hicieron su “cadena humana” para encubrir a una de las protegidas de Poniatowska: Laura Esquivel. Todos me decían que no “desperdiciara mi talento” en una basura como ésa, ja, ja. En realidad lo único que querían era que me callara, y después se vio por qué. Así que síguete “preocupando”. Mientras más protestes, mejor.

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  3. Leí que la poniatowska salió en defensa de esa otra acaparadora y alcahueta mamá Rosa; luego oí que uno de los niños que permanecen en ese albergue ofrece dejarse dar "dar un palo" a cambio de dinero para comprar leche. Son esas estrucuturas difíciles de corroer las que representa esa intelectual a la que el anónimo se refiere con tanta familiaridad, si con premios y doctorados se taparán las infamias que ha cobijado...

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