sábado, 22 de febrero de 2014

¿Qué tal que se hubieran muerto siete Philip Seymour Hoffman en un solo mes?

Cunden hoy las noticias sobre el presunto arresto del Chapo Guzmán pero no las que ocurren en el mundo financiero, como si las transacciones del narcotráfico y las de los bancos no estuvieran estrechamente relacionadas: como si no fuera cierto que todos los caminos del crimen conducen a Wall Street.  


El escándalo sería mayúsculo si, en lugar de siete personajes de las finanzas, en tan sólo un mes hubieran muerto o desaparecido siete estrellas de cine o personajes de la farándula en condiciones misteriosas. Parece historia de la exitosa teleserie de intriga política de Netflix House of Cards, pero es la verdad.
¿Estas personas fueron asesinadas o desaparecidas por motivos políticos? Es lo que se pregunta el detective privado Douglas J Hagmann en su artículo sobre “lo que subyace bajo los cadáveres de los banqueros y lo que nos espera a nosotros”(1).
“Todo comenzó con la desaparición de un reportero del Wall Street Journal en la sección de Dow Jones —explica Hagmann en entrevista con Infowars al referirse al periodista William Broeksmit—. Esta persona salió de su trabajo un día y desapareció sin dejar rastro. No se sabe nada de él desde hace un mes”.
A partir de entonces, mueren misteriosamente o desaparecen personas interrelacionadas en la industria de las finanzas: el 26 enero de este año, el director de comunicaciones de Swiss Re AG, Tim Dickenson, aparece muerto en condiciones que no se publican y el mismo día William Broeksmit, gerente del Deutsche Bank, aparece ahorcado. Al siguiente día, Karl Slim, de 51 años, director de Tata Motors, aparece muerto en el cuarto piso del hotel Shangri-La de Bangkok. La policía informa que “pudo haber sido suicidio”. Y un días después —el 29 de enero—,Gabriel Magee, vicepresidente de JPMorgan Chase & Co. en Londres, muere supuestamente por una caída.
El 29 de enero, un ex empleado de Russell Investment aparece muerto tras desaparecer sin dejar rastro. La policía dice que pudo haber “saltado de una barda de 15 metros” y está tratando su muerte como suicidio.
El 3 de febrero, el director ejecutivo de JPMorgan’s Global Equities Group, Ryan Henry Crane, muere a los 37 años por supuesta sobredosis de drogas, aunque las razones no se han determinado oficialmente.
Por último (hasta ahora), el 6 de febrero, el fundador y máximo ejecutivo de American Title aparece muerto en el garaje de su casa por supuesto suicidio.
Pareciera que esta serie de asesinatos o suicidios gira en torno a JP Morgan. El común denominador de estos presuntos suicidios es que las instituciones que dirigen están actualmente bajo vigilancia por sospechas de fraudes o irregularidades. Todos los casos apuntan a suponer que se trata de un operativo articulado para silenciar los fraudes financieros.
Y mientras tanto, nosotros los mexicanos, siempre tan confiados, sin imaginar jamás que Carlos Slim tenga nada qué ver con desfalcos financieros ni tácticas para hacer callar periodistas...

----------------

(1) http://www.homelandsecurityus.com/archives/10482

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu lectura y por tu paciencia. Los comentarios para los apuntes que tengan más de dos días requieren moderación.