sábado, 14 de diciembre de 2013

Presentación libro "El suicidio y otros cuentos"

Una de las historias de Malú*

Victor Manuel Pazarín

Para no embrutecerme, para no navegar en un río de excelentes historias, y ya que las seis reunidas en El suicidio y otros cuentos (Plaza y Valdés, 2013) de Malú Huacuja del Toro mantienen una misma temática —aunque, debo aclarar, que no son la misma ni iguales y que cada una merecería un comentario aparte—, voy a dialogar únicamente con “Ese Hamlet” que abre el libro.

Hace muchos años, por cierto, advirtió Edmundo Valadés que “cada cuento encuentra a su lector” y a mí me ha atrapado la primera narración de Malú debido a asuntos que intentaré explicar lo mejor que pueda. Pues, como digo, soy propenso a embrutecerme y agrego: a enredarme cuando abro un amplio espectro en mis comentarios, por esa razón, esta vez he decidido hablar solamente de "Ese Hamlet".
La apertura de la historia ofrece la oportunidad de un extenso ensayo sobre el suicidio desde Shakespeare y hasta Albert Camus, y es tentador para cualquiera, luego de leer el cuento, volver a atravesar los caminos que el devenir de la historia literaria nos ofrece en el tema del suicido, sin embargo Malú decide solamente tentarnos y llevar al posible lector a imaginar cuánto de lectura increíble está en ese espacio abierto, repito, como una tentación.
Si del monólogo de Shakespeare en Hamlet a El mito de Sísifo de Camus hay una distancia de tiempo enorme, ya se podrá imaginar cualquiera que hay pastizales de papel para comer y analizar casi por toda una vida, o quizás me equivoco y lo que hace Malú es plantear que para llegar a este cuento y, es claro, a esta reunión de historias, ha hecho una cantidad enorme de lecturas que la llevaron a reconocer, de nueva cuenta, que el suicidio es una temática de la propia literatura y un hecho que, lamentablemente, es parte de la propia historia humana.
Mítico y filosófico, el tema también corresponde a la narrativa y a la literatura y al arte en general. Pero Malú delimita. Hace un planteamiento. Se queda quieta y nos invita a la lectura de obras ya clásicas del mundo actual. Si a William Shakespeare y a Albert Camus les sedujo el tema como para llevarlo a la escena uno, y otro a la reflexión, es sin duda porque es importante. Pero Malú nos cuenta. Malú nos pone en relación con el suicidio, no sin antes quizás haberlo estudiado en obras ajenas para luego asentarlo en sus reflexiones, pues la historia desde un plano humano va por las sinuosas veredas de la trayectoria del tópico en el tiempo y entrelaza un relato para adentrarse en éste y continuar en seguida y a caballo una reflexión sin dejar hacernos sentir que hay una vacilación en su escritura, es decir, "Ese Hamlet" es 1o mismo un ensayo que un cuento. Es la historia desde la narrativa y desde el pensamiento. Es una forma de encuentro y, a la vez, un mítico set de dos cabezas, y un único cuerpo que no distrae al posible lector, pues la autora es de amplios recursos y de experiencia en la escritura.
Entonces ¿”Ese Hamlet” es un ensayo o un cuento? Desde mi punto de vista es ambos. Desde mi lectura hay una fusión muy bien lograda y quien lee “Ese Hamlet” camina por una historia muy cercana a la vida y, también, muy cercana al pensamiento. Al colocar estas vertientes en un mismo texto Malú nos describe, nos comparte sus registros narrativos, como ya dije, y nos seduce al grado de perdernos y después llevarnos a la salida de ese laberinto delicioso de su escritura y su imaginación y su alcance ensayístico.
Me encantan, en lo personal, esas mixturas en la literatura. Un cuento no tiene que ser solamente un cuento sino varios géneros a la vez. Me interesa el tema del suicidio, pero también la historia del suicidio. Me toca el tema, pero no me interesa leer una nota periodística directa y sin gracia sobre alguien que ha tomado la decisión de suicidarse. Quizás por eso —y espero no salirme de la dirección de este camino—, nos gusta la historia de la vida y muerte de los poetas y artistas que se han suicidado. ¿Nos gustan o me gustan? Debo decir que el suicidio del poeta Manuel Acuña o Cesare Pavese, va de lo doloroso a lo melodramático. Debo recordar que la muerte por agua de Alfonsina Storni, por ejemplo, ya es un tema para un cuento o una novela, pero Malú —tengo la impresión— no se deja llevar por estos dramas clásicos y literarios del suicidio, sino que hizo una historia-reflexión y colocó a personajes cercanos a la realidad y Ia propia vida y no al mito, lo cual advierto que hubiera sido muy fácil para Malú. Entonces lo que ella nos entrega —y ahora sí incluyo las seis historias— son realidades parodiadas, a veces con pasajes llenos de humor (y sin moralejas), pero siempre impecables en su escritura.
Porque El suicidio y otros cuentos bien podría haber sido un correlato de anécdotas; pero la habilidad narrativa, la intensa imaginación, la experiencia declarada de Malú Huacuja del Torro en la narrativa, le da la vuelta y nos lleva por senderos distintos en su punto de vista sobre una temática —y costumbre de los seres humanos tan común y de algún modo patético y doloroso siempre— del acto de suicidarse.
En “Ese Hamlet” —y en todo El suicidio y otros cuentos— Malú Huacuja del Toro nos recuerda que su oficio es narrar, contar historias pie a equivocaciones. Malú es eso: una escritora, una contadora de buenas historias.
--------------
*Palabras del narrador, ensayista, periodista y editor Víctor Manuel Pazarín durante la presentación del libro El suicidio y otros cuentos  en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Jalisco, diciembre de 2013

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu lectura y por tu paciencia. Los comentarios para los apuntes que tengan más de dos días requieren moderación.