sábado, 5 de febrero de 2011

Escapados de mi red social III De los vicios creados por la cultura del Fonca / 1

Entiendo su punto de vista y creo que para ambos hay ejemplos (no olvidemos las trifulcas entre Juan Ruiz de Alarcón y Lope de Vega, por una parte, pero tampoco la humildad de Chejov o de Harold Pinter, por hablar de dramaturgos), pero creo que aquí nos estamos refiriendo a un sistema mexicano extrañísimo de repartición arbitraria de privilegios en mesadas durante años a unas personas que ni siquiera eran artistas, sino amigos de los artistas o de los jurados (vuelvo a insistir en que hubo excepciones, pero confirmaban la regla). Eran individuos que, gracias al sistema, nunca tenían que rendir cuentas de los proyectos para los que se les daba la beca. Ni siquiera tenían que entregarlos. Vaya: ni terminarlos. Todo lo que tenían que hacer era ir a unos encuentros-orgías divertidísimos en unos hoteles y cobrar cada mes en el cajero automático de Banamex. A cambio de ello, los entrevistaban en los periódicos. Después se becó también a los periodistas. Recuerdo que en el teatro-bar El Hábito había un recepcionista de 23 años que era muy amable con todos los clientes. Su novio estaba muy enfermo y le había pedido un último deseo: verlo en el escenario actuando. Pero el muchacho era mal actor y nadie lo contrataba. Entonces escribió una obra, también muy mala, pero como era amigo de todos los periodistas y se había guardado (por su puesto de recepcionista) los teléfonos de todas las personas "influyentes" que entraban al teatro, se consiguió una beca del Fonca y los más desbordados elogios de la también becada Olga Harmony (Corruptolga Harmony), quien lo ponía como el genio mexicano del siglo XX. A su lado, casi  Usigli era un Don Nadie, según Doña Olga. Sin embargo, el día de hoy, nadie lo recuerda. Porque en realidad no se mereció semejantes premios y alabanzas. Lo que necesitaba era atención y cariño, además de cuidados médicos, pero no un gasto público del que artistas de su edad, con talento y con una situación económica muy difícil (artistas a los que yo conocía), habrían podido hacer uso. Es terrible. 
El Fonca no sólo cometió "injusticias" financieras. Generó una forma de pensamiento disfuncional.

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