domingo, 26 de diciembre de 2010

Un regalo decembrino: nuestra cabeza para Marisela Escobedo

Algo aportan las muestras virtuales de indignación por el asesinato de Marisela Escobedo, los miles de gritos que se ven y se escuchan en la red social, pero nuestro mejor regalo para ella en estas fiestas decembrinas sería lograr que su muerte y la de su hija no sean en vano. Quizás la mejor contribución en estos momentos no sólo es nuestro corazón sino nuestra cabeza.
Usémosla.

Cierta incomprensión hubo también en nosotros para que Ciudad Juárez se convirtiera en este infierno sobre la Tierra, y el caso 666 de Escobedo, un acto diabólicamente terrenal.
Hay activistas y articulistas que apenas en diciembre de 2010 se van dando cuenta de que Calderón es sólo un instrumento del mercado de armamentos. Hasta antes de este año, lo señalaban como el culpable de todos los males de México y lo llamaban Fecal. ¿Pero es Calderón quien ordena que los altos mandos de Ciudad Juárez se vayan a entrenar a Colombia? ¿De verdad? ¿Qué interés específico podría tener nuestro Presidente en colombianizar a México, si no es por cumplir órdenes que le dieron?
Yo no sólo no creo que Calderón sea quien mande. Incluso, últimamente he llegado a sospechar que es nada más un holograma. Sus opositores llevan cuatro años peleando y escribiendo libros contra una imagen en la televisión. Ah, y no sólo: también, contra quienes les dijimos: "¡Cuidado! ¡Es sólo un holograma!". Así de inteligentes son quienes conforman "la oposición". O de bien pagados que están, con becas gubernamentales vitalicias: a saber.
¿Y nosotros? ¿Quiénes somos nosotros? El cambio de década puede ser nuestro pretexto para empezar a contemplar eso y cambiar de mirada. Seamos los que podríamos ver a Marisela Escobedo de frente a los ojos, porque no la dejamos caer. Seamos los que no nos encogimos de hombros, pero tampoco dimos de patadas contra un holograma, sólo para lucir mucho y ganar la Presidencia en el 2012. Usemos nuestra cabeza. La situación en Ciudad Juárez no exige menos.
Una visita a Colombia no nos haría nada mal. ¿Conoce usted a algún colombiano? Hable con él. Encuentre a alguno en línea. Búsquelo en Facebook. Pregúntele cómo ha sido la vida en su país, cómo han sido los secuestros; qué tal se sienten en el hígado las elecciones, y qué tan próspera es la situación económica de Colombia. Pregúntele qué tan productivo es vivir en un país donde las portadas de las revistas chismográficas se las llevan las historias de rehenes rescatadas que tienen hijos con sus secuestradores, y donde los narcos hablan con terminología de guerrilleros y se creen redentores. Eso, además de las narcoejecuciones consuetudinarias como las que ocurren ya en México. ¿Es el país que queremos? Podemos decir que no, pero si no sabemos hacer una investigación sobre el terreno geopolítico, si no sabemos razonar para entender cómo podemos tener una injerencia en la guerra que se libra en Chihuahua, y si creemos que todo eso se va a solucionar mágicamente en cuanto llegue el 2012 y sean las elecciones, entonces le estamos diciendo sí a la violencia y a un infierno en la Tierra. El número 666 del caso de Marisela Escobedo puede ser una señal. Todo depende de los encargados de convertir el planeta en un lugar inhabitable para los más y un paraíso para los menos. Hagamos que no todo dependa de ellos.http://www.youtube.com/watch?v=hb2YSAVHmIE

1 comentario:

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